Pues bien, realizando mis transcripciones de los Libros de Visitas de la Orden de Santiago, he descubierto al que puede ser el primer ancestro de los Lillo de La Mota, su nombre Pero de Lillo (en algún párrafo, el escribano, lo pone como Pero de Llillo, con la “ll” inicial pronunciada en el castellano antiguo como “l” o Pero del Lillo), es decir, don Pedro de Lillo, nuestro padre, nuestra australopithecus “lucy” (in the sky with diamonds).
Corría el mes de julio del año 1511. El día 12 llegaron a La Mota los visitadores Alfonso Hernández Diosdado, caballero de la Orden y el bachiller Juan González, cura de Usagre. Visitaron la villa como era preceptivo y llegaron hasta El Santo, la ermita de San Sebastián, después de visitarla, ver su estado y dar sus mandamientos, tomaron cuenta al mayordomo de la misma, Hernando de Cazorla (Hernando de Caçorla), quién refiere las deudas que tienen contraídas, con la dicha ermita, ciertas personas, entre las que se encuentra Pedro de Lillo:
“E quedan en su poder tres tirantes, que diz que prestó a Bernaldino Papudo, e otra que prestó a Juan de Perea, e otras quatro que prestó a Pedro del Lillo.
Más, noventa tejas que diz que prestó Alonso del Olmo, e otras çiento e sesenta tejas que prestó a Pero Moreno.”
[AHN,OM,UCLÉS,L.1076]
La ermita se estaba remozando y se estaban haciendo obras de acondicionamiento, por lo que tenía material suficiente, de este modo, el mayordomo, pudo prestar a Pedro de Lillo cuatro tirantes de madera para mantener unidas vigas mayores y que soportan esfuerzos de tensión.
Calculo que en esa fecha podría tener entre 20 y 30 años, por consiguiente, debió de nacer entre los años 1480 y 1490, en pleno apogeo del reinado de los Reyes Católicos.
Pasan los años y lo encontramos nuevamente en el año 1544, debía de tener unos 60 años. Aparece en la relación del pedido ordinario de La Mota del 21 de enero de 1544:
Pero de Lillo ii çentenas ii quartos xx vii mº (27,5 mrs.)
[Archivo Real Chancillería de Granada,Cabina 303, 376,11]
El pedido ordinario, es el impuesto que pagan todos los vecinos pecheros de la villa de La Mota, que no se constituyó nunca en encomienda, perteneciendo siempre a una alcaidía que dependía directamente del Maestre de la Orden; una vez suprimidos éstos por los Reyes Católicos, ellos y sus sucesores pasaron a ser administradores perpetuos de la Orden, en este caso y año, el pedido ordinario va a parar al rey Carlos como administrador.
La alcaidía estaba constituida por cuatro villas: Villanueva de Alcardete, La Mota, El Quintanar y La Puebla de don Fadrique.
Una vez que la administración del rey, fijaba la cantidad que iba a pagar cada villa, se reunían en la sala del concejo los oficiales del mismo, Antón Castaño y Miguel Rodríguez, alcaldes, Juan Castaño, Alonso Sánchez de Miguel Domingo y Bartolomé Sánchez Casero, regidores, para fijar el padrón de centenas, es decir, tomaban el padrón de vecinos pecheros de La Mota, y repartían dicha cantidad en centenas que tocaba pagar a cada vecino, en función de sus rentas y posesiones. Este año salió como resultado que, cada centena, tenía asignada 11 maravedís.
Así a Pedro de Lillo le correspondió pagar 2 centenas y 2 cuartos, es decir 2,5 centenas (cada cuarto son 0,25 centenas), por tanto convertidas en dinero, fueron 27,5 maravedís. No pagó mucho impuesto como corresponde a una persona que ejerce un oficio.
Sobre este particular, hay que decir que, ejercer un oficio no estaba muy bien visto por la sociedad de aquella época, se consideraba más o menos indigno trabajar en lo que hoy llamaríamos profesiones, siendo el más bajo de todos el carnicero, profesión que nadie quería, era la más indigna de todas, tanto es así, que los concejos, normalmente, tenían que dar algún beneficio extra al que tomaba ese cargo, que por otro lado solían ser moriscos o gente baja. El orden social lo constituían nobles e hidalgos, después labradores ricos y caballeros de cuantía, después labradores y finalmente los que ejercían un oficio, y en este orden aparecían en los pedidos ordinarios. También hacer constar que los que ejercían oficio no eran pobres, ganaban bastante más dinero que muchos labradores, y con el tiempo escalaron posiciones en lo más alto del escalafón.
De este modo podemos decir, que nuestro antepasado Pedro Lillo, probablemente ejerció un oficio, ya que sus sucesores así lo hicieron en el s. XVIII como veremos a continuación, que ganaba un salario decente para vivir y que estuvo preocupado de arreglar su vivienda para que su familia viviera lo más cómodo que se podía en aquella época.
En el catastro de Ensenada realizado en La Mota, el 27 de mayo de 1752, tenemos una relación de los Lillo censados y sus profesiones. Estos fueron:
Francisco de Lillo de 42 años, oficial de alarife (oficial de maestro de obras). Ana Navarro, su mujer de 37 años. Tenían 7 hijos, Francisco de 10, Benito de 8, Eustasio de 1, María de 15, Juana de 13, Phelipa de 11 y Thomasa de 4.
Andrés Lillo de 47 años, carretero y molinero. María Navarro, su mujer de 45 años. Tenían 3 hijos, Simón de 15, María de 18 y Bibiana de 4.
Francisco Lillo de Andrés de 20 años, oficial de carretero. Gabriela Tirado, su mujer de 24 años.
Rossa de Lillo de 32 años, mujer de Pedro Martínez Puntero de 34 años, alfarero.
Casimiro Lillo de 35 años, oficial de alfarero. María Lillo de 47 años, su hermana que vive con él.
[AHPTO,H415, Libro de familias]
Otros Lillo encontrados, que desconozco si eran naturales de La Mota:
El licenciado de Lillo, en el año 1511, estaba empleado por el Convento de Uclés como abogado, para representarle en los pleitos y asuntos legales, además debía leer a los freyles, cada día, una lección de cánones. Por su trabajo percibía, cada año, 20.000 maravedís y 20 fanegas de trigo, que era una muy buena cantidad de dinero para la época.
“De acostamyentos
El liçençiado de Lillo que sirve de letrado para los negoçios del Convento, e allende de eso es obligado a leer cada día una liçión de cánones, dan se le, cada año, de acostamiento, veynte mill maravedís e veynte hanegas de trigo”
[AHN,OM,UCLÉS,L.1075]
En el Libro de profesiones del Convento de Uclés, libro donde los freyles hacen su juramento de obediencia a la Orden, el 12 de noviembre de 1512, hace sus votos Alonso Valero de Lilio, siendo el Prior del Convento, don Juan Sánchez de Salamanca.
Valero, es un apellido conocido en La Mota.
Lilio, es la forma original del apellido Lillo, proviene del caballero de Lirio, de ahí derivó a Lilio y de ahí a Lillo.
De este modo, este fraile usaba el apellido original. ¿Podría haber usado el apellido en su escritura medieval Cavallero de Lilio y de ahí derivar a Valero de Lilio?
[AHN,CODICES,L.248]