Torre de Vejezate. El corazón de la Mancha. Capítulo III. Límites de la dehesa

Autor: Enrique Lillo Alarcón
ISSN 2386-5172 - Serie: XV-31
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Enrique Lillo Alarcón
Autor: Enrique Lillo Alarcón

Definitivamente la torre se ha perdido, está destruida hasta la mitad de su estructura. El único interés, la renta que pueda dejar su dehesa, por ello, los visitadores hacen un apeo de la misma para tener controlados sus límites.

17 de septiembre año de 1498
[AHN,OM,UCLÉS,L.1068]

Visitan la encomienda, Lope Zapata, comendador de Hinojosa y Antón Sánchez Daza, capellán de Cubillana.
Todavía, en esta época, se sigue considerando a la Torre de Vejezate cabeza de la encomienda. Continúa como comendador don Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla. La torre está caída y derrocada más de su mitad.

“Está en la ribera del río de Záncara. Es una torre, la qual está caída y desmochada hasta más de la mitad.”

Casa encomienda de Socuéllamos
Casa encomienda de Socuéllamos.

Casa encomienda de Socuéllamos:
Socuéllamos tiene una población de 131 vecinos, 655 habitantes. Entre los vecinos anteriores hay 4 hidalgos. También hay 4 caballeros de cuantía, Juan Ortíz, Garci Ortíz, Yuste de Mena y Cristóbal Quiralte.
Nos indican que la casa de encomienda está situada en la Plaza de Socuéllamos.
Conserva su estructura interna, zaguán, establo, patio, pozo de agua dulce, trascorral con establo. Todo el resto de aposentamientos y salas que estaban en la última visita, a mano derecha del zaguán, permanecen invariables.
En la bodega de dos naves se ha ampliado el número de tinajas, hay 38 mayores y 10 de menor tamaño. La cueva con cuatro caños, debajo del patio, que hace de bodega, tiene 48 tinajas. La casa tiene un total de 96 tinajas frente a las 86 que tenía hace tres años, el de 1495, se ha incrementado en las 10 tinajas de menor tamaño, lo que nos confirma la importancia vinícola de la zona, que fue creciendo año tras año en este final del s. XV.
Los visitadores, repasaron con el mayordomo del comendador Juan de Sarantes, los mandatos que se habían dejado en la última visita, y encontraron que no se habían hecho las siguientes obras:
El arco de la portada principal que se haga a cal y canto, bien hecho. Unos arcos de yeso y piedra para las entradas de los cuatro caños de la cueva bodega. Se fija una fecha máxima para su realización de 8 meses.
En la bodega se ha visto que hay un aguilón (madera de refuerzo para las esquinas de la estructura del techo), se encuentra en mal estado. Se manda que se quite y se haga de nuevo con buena madera de pino, en un plazo de 2 meses.
Así mismo, mandaron que solicite copia de las escrituras y derechos que tiene la encomienda, una copia la guardará él y la otra quedará depositada en la Cámara de los Privilegios del Convento de Uclés.
También debe de dejar aparejadas las lanzas con las que está obligada a servir la encomienda a Sus Altezas los Reyes Católicos.
Después visitaron el horno de poya de Socuéllamos, que es propiedad de la encomienda. Lo encontraron en uso y bien reparado.

Variación de rentas de Encomienda respecto al año 1495
Se producen pocas variaciones de rentas, siendo los cambios los siguientes:
Los diezmos de vino se incrementan en 100 arrobas.
El horno de poya produce unas rentas de 3.500 maravedís.
Diezmos de pollos, lechones y ansarones, 500 maravedís.
Los vecinos de Las Mesas pagan por pasto para ganados 660 maravedís y de cada hato un carnero.
De diezmo de queso 3 arrobas.

Pleitos con el Concejo de Alcaraz y la Orden de San Juan
Los visitadores del año 1495 informaron a Sus Altezas, que los del Concejo de Alcaraz habían entrado en término de Socuéllamos, en los lugares que llaman el Lavajo Rubio hasta el Pozo del Cabalgador. Los de Peñarroya les habían tomado otro pedazo de tierra desde la Cabeza de los Freyles hasta los Tomillosos. Los de Alcázar de Consuegra, les habían cerrado el paso de ganados en los vados del Cuervo y del Tejado, en el río Guadiana.
Los Reyes Católicos mandaron a los oficiales del concejo de Socuéllamos, que un plazo máximo de 8 meses procuren y tengan un juez de términos, para que desenajene las tierras que les han tomado los otros concejos y la Orden de San Juan. Si no lo hicieren serán castigados con una pena de 10.000 maravedís para la Cámara y Fisco de Sus Altezas.

Casa Encomienda en Manjavacas
Continúan viviendo unos 25 o 30 habitantes, en unas quinterías dedicados a labrar la tierra, casi todos vecinos de La Mota.
Tiene la encomienda de la Torre de Vejezate una casa que también se le da uso de mesón, por estar situada cerca del paso del puente sobre la acequia Madre, en el tan transitado carril de los Valencianos, que va desde Toledo a Murcia, allí se cobra un portazgo.
Hallaron por casero a Alfonso Sánchez de Manjavacas, vecino de La Mota, quien también tiene a su cuidado y cargo, como mayordomo que es, las ermitas de San Pedro y Nuestra Señora del Antigua de Manjavacas.
Encontraron la casa encomienda con la misma disposición que en el año 1495, solo que el pajar tenía los tapiales muy deteriorados, por lo que mandaron los visitadores, a Juan de Sarantes, que los repare en un plazo máximo de 6 meses a costa del comendador.

Fotografía tomada del SigPac
Fotografía tomada del SigPac.
Posibles límites de la Dehesa de La Torre de Vejezate, entre el antiguo camino de La Mota, camino de Pedro Muñoz y Las Fuentes

12 de abril año de 1500
[AHN,OM,UCLÉS,L.1070]

Visitan la encomienda, el comendador de Calzadilla don Diego de Vera y el vicario de Yeste don Francisco Martínez de Almaguer.
La Torre de Vejezate continúa manteniendo la cabeza de la encomienda, de la que es comendador el conde de Tendilla, don Iñigo López de Mendoza. Con estas palabras se refiere a ella el escribano de la visitación:

“E está en la ribera del río de Záncara. Es una torre de un muro de cal y canto, grueso, antiguo, e muy bueno, e grand torre. E está desmochada e desbaratada.”

Amojonamiento de la dehesa de la Torre de Vejazate
El día 13 de abril, Juan de Sarantes, mayordomo del comendador, en presencia de los alcaldes y regidores de Socuéllamos, solicitó a los visitadores, que se hiciera un nuevo amojonamiento de la dehesa de la Torre de Vejezate, ya que tenía disputa con el concejo por la posición de los mojones antiguos.
Por ello, con objeto de evitar costas y pleitos, solicitó que se nombrase y se hiciera tomar juramento, a algunas personas que conocieran donde estuvieron situados los dichos mojones, y bajo ese juramento que se sitúen en el lugar correcto.
Juan de Sarantes estaba dispuesto a nombrar a algunos buenos hombres que conocía, y dijo a los visitadores que mandaran a los alcaldes, nombrar a tres personas, para que juntos pudieran ir a situar los mojones según estaban. Los alcaldes dijeron que aceptaban la petición y que estaban dispuestos a nombrar a otras buenas personas.
Luego, los alcaldes y regidores junto con Juan de Sarantes, tomaron acuerdo, nombraron y trajeron, ante los dichos visitadores, a Hernando Ortíz, Juan Millán el Hinojoso y Alonso de Alarcón, quienes en presencia de los visitadores dieron juramento en forma de vida de derecho. Les mandaron que estén preparados para cuando sean llamados, que vayan con ellos a la dehesa de la Torre de Vejezate, para hacer el apeo y renovación de mojones.
Al día siguiente, todos los mencionados fueron al lugar y comenzaron a visitar los mojones uno por uno:
Primeramente fueron a un mojón que estaba encima del carrascal, en la vertiente del río Záncara, encima de la haza de Hernando Ortíz.
Desde éste fueron a otro mojón que está en el extremo del carril que viene de la casa de la Serna.
Después a otro mojón más adelante, en un retamalejo, en unas matas espesas.
Continuaron a otro mojón en unos matacones, (matas de gran tamaño).
Desde ahí a otro mojón que da cara al cierzo, es decir, el que estaba situado más al norte, en un espoloncillo de un cerro.
Fueron a otro mojón situado al final de la Serna, al lado de una tierra de Cristóbal Quiralte, que estaba sembrada de trigo.
Siguieron a otro mojón que está al lado de la Hoya de Juan Ortíz.
Fueron a otro mojón encima de la Caleruela.
Continuaron a otro mojón situado en el cerro del camino de Pedro Muñoz.
A otro mojón más adelante, que está en otro alto en el mismo camino, que va derecho al molino de Juan Millán el Hinojoso.
Fueron al siguiente mojón, situado en una mata bajo el camino que va a La Mota, por encima del mismo alto del mojón anterior.
Continuaron a otro mojón, linde con una haza del Borro, situado en una retama.
Atravesando la Vega, fueron a otro mojón situado en una carrasca, donde sesteaban los pastores.
De ahí fueron a otro mojón, sale derecho al alto donde está una tierra de Andrés Hidalgo.
Desde ahí fueron a otro mojón más adelante, metido en una mata redonda.
Continuaron a otro mojón situado en el Albariza.
De ahí fueron a otro mojón que está en el Vallejo, entre una haza de Juan Fernández y tierras de la encomienda.
De ahí fueron a otro mojón en el mismo Vallejo, en un tesito raso.
Siguieron a otro mojón que está en el camino que va de Socuéllamos a Pedro Muñoz.
De ahí fueron a otro mojón encima del Vallejo de Cristóbal Quiralte.
Luego a otro mojón encima de la misma haza de Cristóbal Quiralte.
Terminaron en otro mojón que está en las carrascas de los sesteaderos de los pastores, que están en las Fuentes.
Aquí, en este último mojón, Hernando Ortíz, Juan Millán de los Hinojosos y Alonso de Alarcón, vecinos de Socuéllamos, hizieron el amojonamiento y dijeron que aquí terminaban los mojones de la dehesa, e hicieron juramento que estaba bien hecho, y que, a su entender, están donde antiguamente se acuerdan que solían estar.
De este modo, los visitadores, la aprobaron y la dieron por bien hecha. Mandaron que ninguna persona sea osado de quitar los dichos mojones o alguno de ellos, bajo pena de 10.000 maravedís para la Cámara e Fisco de Sus Altezas, además de las penas en que incurren y se aplican, a los que quebrantan y deshacen los mojones entre los términos.
Así mismo, aprobaron el dicho amojonamiento, Juan de Sarantes, los alcaldes y regidores de Socuéllamos, dándolo por bueno. Actuaron como testigos, Pedro Sánchez cura de la iglesia de la villa, Sancho García criado del Subprior y Jerónimo de Mérida.

Casa encomienda de Socuéllamos:
Socuéllamos tiene una población de 165 vecinos, 825 habitantes. Entre los vecinos anteriores siguen los 4 hidalgos, así como los 4 caballeros de cuantía, Juan Ortíz, Garci Ortíz, Yuste de Mena y Cristóbal Quiralte, incrementados en otros dos caballeros, Esteban López y Martín Ortíz. Todos tenían armas y caballos como era preceptivo, excepto Esteban López, al que mandaron que los compre en un plazo máximo de 4 meses, bajo pena de 2.000 maravedís para la Cámara e Fisco de Sus Altezas, quien quedó obligado de comprarlas en el dicho plazo y bajo la dicha pena.
La casa encomienda de la Plaza de Socuéllamos, no ha cambiado su estructura interna, continúa igual que en la última visitación. Las obras que, los visitadores pasados, mandaron hacer no han sido realizadas por Juan de Sarantes; estos nuevos visitadores las volvieron a ver y dijeron, al mayordomo, que se hicieran, ya que consideraban que eran muy necesarias para la casa, debiéndolas dar terminadas el próximo día de Santa María de agosto.
Juan de Sarantes respondió que los obras no se habían hecho, debido a que el Conde quiere hacer un cuarto nuevo, por tanto, consideraba que es mejor hacer todas las obras a la vez, pero que ahora las haría según le mandaban. Dijo a los visitadores que volvieran a ver las obras de la bodega que estaba en la cueva, ya que si hacía pilares como le mandaban, taparía la entrada y salida para las tinajas. Los visitadores fueron nuevamente a la cueva, diciéndole que lo que habían mandado hacer eran arcos y no pilares ningunos.
Luego visitaron el horno de poya de Socuéllamos, comprobaron que estaba bien reparado y se estaba usando por los vecinos.
Volvieron a mandar que hagan las copias de escrituras y derechos de la encomienda.

Variación de rentas de Encomienda respecto al año 1498
Solo se producen cambios en los diezmos de ganados que se reducen a 400 cabezas.

Casa Encomienda en Manjavacas
El día 14 de abril del año 1500, los visitadores de la Orden, fueron a ver y visitar el lugar de Manjavacas, donde hay unas quinterías en las que solo viven dos vecinos, Alonso Sánchez de Manjavacas y Fernando Martínez Mateos, por tanto, entre familia y criados unos 10 habitantes, quiere decir que el lugar se ha despoblado respecto al año 1498 en que eran unos 30 habitantes. Estos dos vecinos tenían bastantes bienes y dinero. ya que fueron considerados caballeros de cuantía.
Continúa como casero Alonso Sánchez de Manjavacas, cuidando de la casa encomienda y venta, así como cobrando el portazgo para las rentas del comendador don Iñigo López de Mendoza.
La venta seguía teniendo el patio central, y las casas principales al fondo. A mano izquierda el trascorral, posiblemente, en el que se inspiró Cervantes para que don Quijote fuera armado caballero, junto con un pajar que había sido reparado, recientemente, por Juan de Sarantes, según le había sido ordenado en la última visita.

Don Quijote llega a la venta
Don Quijote llega a la venta.

Los visitadores mandaron a Juan de Sarantes, que vigile la casa encomienda y repare todo lo que sea menester en ella.
Como el comendador tiene los diezmos y portazgo de Manjavacas, los visitadores mandaron al mayordomo Juan de Sarantes que, desde esta fecha en adelante, ponga un clérigo que venga a la ermita de San Pedro de Manjavacas, a decir misas en las tres Pascuas del año, el día de Santiago, el de Santa María de Agosto y el de Todos los Santos, bajo pena, si no lo trajere e hiciere venir, que todos los habitantes que viven o vivirán en Manjavacas, puedan tomar los dichos diezmos para pagar a un capellán, que tenga ese cargo, que administre los sacramentos y para confesar todas las Cuaresmas a los que vivieren allí.

Por: Enrique Lillo Alarcón
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