El escudo de la calle Manjavacas

Autor: Enrique Lillo Alarcón
ISSN 2386-5172 - Serie: XVI-46
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Enrique Lillo Alarcón
Autor: Enrique Lillo Alarcón

Cuando nos mostraron esos escudos, nuestra imaginación voló, especialmente con uno de ellos:

Primer cuartel, dos moreras unidas por su tronco, que dan nombre al apellido Morales. Segundo cuartel, tres bandas horizontales. Tercer cuartel, siete bezantes dispuestos en dos filas verticales y uno en el vértice. Cuarto cuartel, un águila, ¿quizás la de San Juan como la de la Reina Isabel? En el exterior, en su parte inferior, lo que parecen dos capullos de amapola.

Escudo Calle Manjavacas

Escudo de la calle Manjavacas de La Mota

Todos los socios de la Asociación de Amigos por la Historia de Mota del Cuervo nos dedicamos a buscar, frenéticamente, la procedencia o el propietario de tan ilustre casa y escudos, no pudimos encontrar nada por más que nos afanábamos. El tiempo pasó …

D. Marciano Ortega Molina, persona a la que admiro por muchas razones, entre ellas: ser embajador de su pueblo El Toboso, de Cervantes, del Quijote y Dulcinea, haber sido un magnífico alcalde de su villa natal (solo hay que dar una vuelta con él por el pueblo, todos los vecinos detienen su camino para darle su saludo y preguntar cómo está), y tener un conocimiento amplio de su historia, sus edificios y sus gentes.

Pues bien, D. Marciano me refirió una historia, delante de la propia puerta de acceso al edificio de una magnífica fundación y vivienda del s. XVI, la “Fundación y Casa de Las Memorias” como se la conoce en El Toboso y pueblos circundantes:

El clérigo don Francisco de Morales y Nieva que llegó a ser canónigo de la catedral de Alcalá de Henares, instauró una capellanía y fundación en 1628, que llevaba su nombre, incorporando todas las tierras y fincas urbanas que poseía, con un fin benéfico, a la que llamó “Pías Memorias”. De este modo, cualquier persona necesitada, con pocas posibilidades de dinero, que en su vida hubiese pensado poder tener una tierra para cultivar o una casa donde vivir, podía acceder a esos bienes en usufructo, pagando una renta a un bajo interés. Era también condición que las rentas que se obtuvieran se volvieran a invertir en comprar nuevas tierras y casas, para poder llegar a más personas con el auxilio que ofrecía la fundación.

Esto hizo que “Las Memorias” fuera muy popular y querida por las gentes que tuvieron la suerte de acceder a ella.

La obra se continuó con Alonso Morales de Nieva. En años posteriores heredó el título de la capellanía el sobrino del fundador, Alejo Martínez Nieva y Morales, clérigo de menores, pasando a la historia como el fundador del espléndido Convento de Trinitarias de El Toboso, obras que se iniciaron en 1660 y que no pudo ver concluidas pues falleció en 1662, encargando a su sobrino, el caballero de la Orden de Santiago Juan de Morales Martínez que las finalizase, dejándonos ese monumental legado conocido como “El Escorial de la Mancha”, si me lo permiten, yo añadiría de la Mancha Santiaguista, pues, entre otras razones, fue el Prior de Uclés quien autorizó su fundación.

Su fundadora, la venerable Sor Ángela María de la Concepción, se dice que vivió en la casa de la Fundación Morales de Nieva hasta que se finalizaron las obras del convento y pudo trasladarse allí toda la congregación.

Amigo lector, lo más grande de tan caritativa obra es que ha permanecido en el tiempo y llegado hasta nuestros días, 400 años han sido superados por esa Fundación, un legado de fincas rústicas y urbanas de enorme consideración, pues, como se ha dicho, el dinero obtenido se volvía a reinvertir en la obra, que hoy día, si se emplease con el fin que fue creado ayudaría con trabajo y vivienda a mucha gente necesitada.

En la época actual, la Fundación perdió parte de sus bienes en favor de sus usufructuarios; el resto, también una parte muy importante pasó a manos del Estado, quien el 19 de abril de 1995, por Real Decreto 385/1995 de 10 de marzo, traspasó las funciones y servicios que venía ejerciendo el Ministerio de Asuntos Sociales, Fundaciones benéfico-asistenciales, mediante el expediente 45/0093, a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

Me consta que existe una voluntad y unión de los tres pueblos, Miguel Esteban, Mota del Cuervo y El Toboso, de recuperar el gobierno y administración de tan singular Fundación. Espero y deseo que la recuperen y sea usada para el fin benéfico que se creó.

Nota aclaratoria: Posteriormente a la publicación de esta historia, D. Marciano Ortega Molina me comenta que, por gestiones que realizó durante su período como alcalde al frente del regimiento de El Toboso, se pudo recuperar la Fundación, a finales del año 2013, para los tres pueblos: Miguel Esteban, La Mota del Cuervo y El Toboso.

Hoy día tiene su sede en El Toboso desde donde se realiza toda su gestión. Con anterioridad a este traspaso, para realizar cualquier petición o, por ejemplo, pedir un permiso de arranque o plantación de viñas, el interesado se tenía que desplazar a Toledo, mientras que ahora se realiza en El Toboso.

Agradezco, sinceramente, a D. Marciano Ortega Molina la aclaración y la valiosa información proporcionada.

Terminada la explicación de Marciano Ortega, aún quedé cierto rato observando la espléndida y bella portada, y monumental casa. Algo me impulsaba a quedar en el sitio más tiempo, pensando en su historia, en la gente a la que ayudó, en lo bueno que sería que siguiera con ese auxilio.

Quedé rezagado del grupo y comencé a andar deprisa para recuperar el camino perdido, pero, de repente, detuve mis pasos, di la vuelta y volví a desandar los escasos veinte metros que había recorrido. Algo se había quedado grabado en mi mente, estaba ahí, mis ojos no habían dado la alarma a mi cerebro, pero él si lo había detectado, justo encima del dintel de la puerta, un espléndido escudo en piedra, un escudo muy parecido al de la calle Manjavacas de Mota del Cuervo, solo que no veía las palmeras.

Cuando regresé a casa comparé ambos dibujos, eran de la misma familia, no cabía duda, solo que el águila había pasado del cuarto al primer cuartel, las bandas se habían colocado en diagonal, las moreras habían desaparecido sustituidas por un león rampante en el cuarto cuartel, y solo permanecían los siete bezantes.

Escudo El Toboso/p>

Puerta principal Casa de «Las Memorias» El Toboso

Más tarde busqué información de la Fundación Morales de Nieva, existe una descripción corta pero muy bien explicada, que les invito a leer, en el blog:

eltobosohistoria.blogspot.com de Luis Gómez Gallego

Allí vi la fotografía de la capilla de San Ildefonso, se encuentra en la iglesia parroquial de El Toboso donde está enterrado Francisco Morales, de la estirpe Nieva, según reza la placa de su tumba. En la parte superior de la entrada su escudo, el mismo exacto escudo que el de la calle Manjavacas

Escudo en El Toboso

Ya no me cabía duda alguna, la casa de la calle Manjavacas perteneció un día a la Fundación Morales de Nieva, es muy probable que fuera la sede de la fundación en la villa de Mota del Cuervo para gestionar todos los bienes que tenía allí, que, por otro lado, eran bastante numerosos y bien considerados, tanto es así que el municipio le dio un nombre a una de sus calles próximas a la dicha calle Manjavacas.

No voy a decir que lo es, pero, como si fuera un milagro, nuestra Virgen, Ntra. Sra. de la Antigua de Manjavacas, un día de traída, cuando aún no sabía de quién procedía tan hermoso escudo, Ella me lo estaba indicando parándose al lado de la calle de “Las Memorias”.

Procesión Manjavacas

 

Anexo:

Tras la publicación en el blog de esta historia sobre la Fundación Morales de Nieva, “Las Memorias”, me han llegado diversos comentarios que no puedo por menos de incorporar a mi artículo, pues lo aclaran y complementan con nuevas informaciones muy interesantes.

Debió ser una espléndida sede la que tuvo la Fundación en Mota del Cuervo, D. Ernesto Riquelme Alcolado comenta su extensión y disposición en los alrededores de la calle Manjavacas:

En la antigua calle de Salomón Zarco (padre del doctor D. José Zarco y tío de mi padre Lucio Lillo), en la actualidad cambiado su nombre por el de “Las Memorias”, había unas eras de trillar que comenzaban en el cementerio viejo y llegaban hasta la calle Manjavacas, donde ahora se asienta el grupo sindical San Miguel, cuyo fundador fue D. Salomón Zarco, de ahí el nombre que se le dio a la calle. Era una franja de terreno rectangular con la anchura del cementerio viejo. Es muy probable que el cementerio viejo, incluso, estuviese ubicado en terrenos de “Las Memorias”.

A continuación del terreno anterior había unas eras de trillar, pertenecientes al conde del Campillo, donde se construyó el referido grupo cooperativo. Más abajo se hallaba la almazara.

En las portadas de entrada al grupo existía un chozo.

D. Emilio Bascuñana y D. Ernesto Riquelme coinciden en la apreciación que tierras y posesiones de «Las Memorias» pasaron a manos de particulares:

«… cuyas posesiones, no se sabe bien, aparte de llevarlas a rentas, pasaron a D. Vicente Chocano y, a su vez, a sus familiares …»

«Mi abuelo Celestino tuvo en renta una tierra de «Las Memorias». Cuando se jubiló, esa tierra pasó a poder de D. Vicente Chocano. Esa Fundación tenía bastantes propiedades en La Mota.

Portda Calle Galeón

Detalle de las portadas que existieron en el callejón del Galeón

Estas fotos fueron tomadas por D. Ernesto Riquelme Alcolado en el año 1980

Las portadas y el espléndido arco de sillería fueron derruidos en esa fecha

Sin duda era uno de los accesos a las posesiones de «Las Memorias» en La Mota

Calle Galeón

Callejón del Galeón, parte trasera de la calle Manjavacas

Al fondo las antiguas portadas que daban acceso a propiedades de la Fundación Morales Nieva

Portadas Calle Galeón

Portadas que pertenecieron a la vivienda de la calle Manjavacas

En la actualidad son varias viviendas, las correspondientes a los núm. 18, 20 y 22

Se pueden observar restos de la antigua pared de la edificación y el bonito arco de sillería

Por: Enrique Lillo Alarcón
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