Fortaleza de Criptana, ¿porqué se destruyó?

Autor: Enrique Lillo Alarcón
ISSN 2386-5172 - Serie: XV-25
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Enrique Lillo Alarcón
Autor: Enrique Lillo Alarcón

Fortaleza de Criptana, ¿porqué no se volvió a construir?

Hasta la fecha no sabíamos porqué y quién había ordenado su destrucción, habíamos anticipado diversas conjeturas sobre el particular, basándonos en las afirmaciones de las personas que declaraban en los Libros de Visitas de la Orden de Santiago, por otro lado diversas y dispares, unas decían que había sido el concejo y vecinos de Alcázar, por ser de la Orden de San Juan, otras que el marqués de Villena, durante las luchas, en la Mancha, por la Guerra de Sucesión Castellana, en los finales de la década de 1470, otras que el maestre Alonso de Cárdenas por orden del rey Fernando.

Ahora conocemos que sucedió realmente, gracias al manuscrito de comisión en el que el alcaide de la Fortaleza de Criptana, Martín Fernández de Villaescusa, reclama los dineros gastados en su reconstrucción.

Esta fortaleza fue un enclave importante en la Edad Media, situada en el límite con la Orden de San Juan, en el límite con el Campo de Montiel y cercana a las tierras del marquesado de Villena, donde el marqués Diego López Pacheco tenía su señorío de Belmonte, por ello sufrió ataques y destrucciones, sobre todo durante el s. XV.

Fortaleza Medieval

El año de 1468, visita Criptana el comendador de Bastimentos del Campo de Montiel Francisco de León, por mandato del Maestre y marqués de Villena don Juan Pacheco; encuentra la fortaleza destruida y dice que la mandó destruir el Maestre don Álvaro de Luna. Esta sería la primera vez conocida que se destruiría en el s. XV, probablemente hacia el año 1446, ya que en ese año Álvaro de Luna es proclamado Maestre de la Orden de Santiago, al mismo tiempo, Rodrigo Manrique, comendador de Segura y Trece de la Orden, se auto proclama Maestre, llegándose a un enfrentamiento entre ellos en las villas de Toledo, así que, probablemente, esta Fortaleza de Criptana, en un enclave tan importante, sería atacada y derrocada, pero no se destruyó del todo.

E tenía fortalesa, más estava derrocada al tyenpo que la vesitamos, que la avía fecho derrocar el señor Maestre don Álvaro de Luna. Hera comendador de ella Alfonso de Cáçeres, proveydo por el señor Ynfante don Enrrique, y tenía la renunçia ya a su fijo.” [AHN,OM,UCLÉS, L.1233]

Después de lo sucedido, en el intervalo que va desde al año 1468 en que se encuentra derrocada, hasta que fallece el Maestre don Rodrigo Manrique en el año 1476, la Fortaleza de Criptana se reconstruye nuevamente, gracias a su alcaide Martín Fernández de Villaescusa, caballero de la Orden, con ayuda de los concejos del Común de la Mancha, por mandato del rey Fernando y del Maestre de la Orden don Rodrigo Manrique.

E agora, el dicho Martyn Ferrándes, me fiso rrelaçión por su petiçión, que en el my Consejo presentó, disiendo que él avya fecho e hedificado la dicha Fortalesa por my mandado e del Maestre don Rrodrigo Manrrique, en my nonbre, la mayor parte de ella a su costa e con su trabajo. Commo jerá que los dichos conçejos ovyesen ayudado a ello e dis que non enbargare,” [RGS,LEG,147801,132]

Pero el 1 de enero de 1478, fecha en que se redacta la comisión que nos ocupa, el rey Fernando, por solicitud de los concejos de la Mancha, manda que se destruya dicha fortaleza.

Los concejos de la Mancha presentan una relación escrita al Consejo real diciendo que reciben mucho daño del alcaide Martín Fernández de Villaescusa, por este motivo se están despoblando los pueblos; por otro lado, dicen que como ellos han construido la Fortaleza de Criptana, suplican al rey que les autorice a destruirla.

por parte de los conçejos de las villas e lugares de la Orden de Santiago que son en la Mancha, me fue fecha rrelaçión, por su petiçión, que en el my Consejo fue presentada, disiendo que ellos avían fecho la Fortalesa de Critana, de la qual era alcayde el comendador Martyn Ferrándes de Villaescusa, e que él fasía de ella muchos agravyos, en manera que la terra, por aquella causa, se despoblava, suplicándome, pues que ellos la havyan fecho, que la mandase dar e entregar para que ellos la derribasen commo estava antes...” [RGS,LEG,147801,132]

Los concejos dicen una verdad a medias, la fortaleza había sido construida por el alcaide Martín Fernández con ayuda de ellos, sin embargo dicen que el alcaide no ha construido nada en ella, pero se dejan una salida diciendo que si se demuestra que ha construido algo, que ellos, los concejos, se lo pagarán; por otro lado asustan al rey con aquello que era más temido en esas épocas, los despoblamientos de las villas. Desde los albores de la Reconquista el repoblamiento de los lugares fue una verdadera obsesión para reyes, nobles y órdenes militares, de modo que la amenaza del despoblado era muy usado cuando se quería justificar alguna acción o conseguir un beneficio por parte de los concejos.

La solicitud de los concejos de la Mancha es aceptada por el rey, así que durante el año de 1478 se destruye nuevamente la fortaleza.

La fecha de destrucción se produce entre la fecha del manuscrito de comisión, 2 de enero de 1478 (un poco más tarde ya que debió de pasar un tiempo hasta que fuese notificado) y la de la visita de los visitadores de la Orden, que se produjo el 8 de octubre de 1478.

Martín Fernández de Villaescusa, aunque acepta el derribo, no se queda parado y envía otra relación al Consejo real, diciendo que, si eso es así, tendrán que pagarle los gastos que ha tenido en edificar dicha fortaleza, a lo que se habían comprometido, ante el rey, los concejos de la Mancha y por el momento no habían querido hacerlo.

El rey da su aprobación a esta solicitud del alcaide, además le dice que tome maestros y albañiles que puedan tasar el gasto de las obras que se hicieron, autorizándole a que obligue a los concejos al pago al cual se habían comprometido.

Después de visto todo el proceso y gastos de obras, el comendador, alcaide y caballero de la Orden, Martín Fernández de Villaescusa, por mandato del rey Fernando, por solicitud de los concejos de la Mancha, destruyó la Fortaleza de Criptana, hacia mediados del año de 1478.

Fernando el Católico

Fernando el Católico

Los visitadores de la Orden Ruy Díaz de Cerón y Pedro de Calvente, ambos comendadores de la Orden, junto con Alonso Fernández de Rivera, provisor y capellán del Maestre, el 8 de octubre de 1478, visitan la fortaleza.

Algunas paredes aún estaban en pie, con la altura aproximada de un hombre, es decir unos 1,65 m. El cuerpo de la torre del homenaje parece que aún existe, en su interior encuentran un pozo que da mucha agua, según les informó y mostró el caballero de la Orden don Martín Fernández de Villaescusa, que la conocía muy bien como ya sabemos.

Los vecinos de Campo de Criptana, informan a los visitadores, que el Rey mandó que se derrocase la fortaleza, cumpliendo el mandato los Concejos de La Mancha.

Los visitadores recomiendan al Maestre que la vuelva a levantar, ya que dicen que está en un sitio estratégico, a ojo del Marquesado y del Priorazgo de San Juan.

Fueron, los dichos vysitadores, a ver el sitio de la fortalesa de la dicha villa de Qritana, la qual está toda derribada, que los conçejos de la Mancha dis que la derribaron, por mandado del Rey nuestro señor. E ovieron su ynformaçión, los dichos visytadores, e hallaron que quedaron algunas paredes, de la dicha fortalesa, enhiestas, de estado de un onbre. E que después que el Maestre, nuestro señor, es Maestre, lo derribaron los dichos conçejos. Está en el cuerpo de la torre del omenaje, un poso manantial de mucha agua, segúnd lo dixo e señaló Martín Ferrándes de Villescusa, cavallero de la dicha Orden, que fue alcayde en la dicha fortalesa. Esta casa está en buen sytio, e es bien nesçesaria para el estado del dicho señor Maestre, porque está a ojo del Marquesado y del Prioradgo de Sant Juan”. [AHN,OM,UCLÉS, L.1063]

Después, con el paso del tiempo, contaron mentiras que convenían, diciendo que había sido derribada por los vecinos de Alcazar, básicamente, porque éstos se estaban metiendo a labrar en término de Criptana que pertenecía a la Orden de Santiago, produciéndose muchos pleitos con la Orden de San Juan debido a ello.

La qual dicha fortaleza, que así fue derribada, está en buen sytio. E es bien nesçesario, para el estado del dicho señor Maestre, porque está en frontera del marquesado de Villena e del Prioradgo de San Iohan. E aunque fueron en la derribar los de Alcaçar, que es de la Horden de San Iohan, pónese aquí por relaçión, para que su señoría lo vea e mande faser en ello lo que sea su serviçio”. [AHN,OM,UCLÉS, L.1064]

Más tarde, el comendador de Criptana mosén Guillén Çahera, fiscal de la Orden, durante la visita del 13 de marzo de 1495, solicitó a los visitadores que pusieran por relación en su libro de visita que se volviera a construir la fortaleza.

Y estando en el dicho sytio, paresçió el comendador mosén Çahera, fiscal de la dicha Orden, e requirió, a los dichos visytadores, que fagan relaçión a Sus Altesas, como la dicha fortaleza, fue derribada por su mandado, e que es guarda e manparo de toda la dicha Provinçia, porque confina con el Marquesado de Villena e con el Prioradgo de Sant Juan, para que Sus Altesas la manden tornar a haser. E, los dichos visytadores, lo mandaron aquí asentar para que Sus Altesas lo manden ver”. [AHN,OM,UCLÉS, L.1067]

Nunca más se volvió a edificar, las pocas piedras que quedaron en pie, fueron aprovechadas para levantar sobre ellas las paredes del Santuario de la Santísima Virgen de Criptana, donde continúan desde el año de 1511.

Otrosí, visytaron otra hermyta, que se dize Santa María de Critana, que está a media legua, a camyno de La Mota. Es obra muy vieja y está toda para se caer…

Et mandaron, al dicho mayordomo, que del dicho alcançe e de lo que más oviere, haga faser la dicha hermyta, ansy como está acordado e mandado por el Prior don Per Alonso, trasladándola e mudándola al sytio donde hera el Castillo antyguamente, armándola sobre las paredes de argamasa que allí están, fasiendo ençima sus paredes de buena tapiería, e sus pilares de yeso, e cubriéndolo de buen maderamyento e tejado, en lo qual le mandaron que gaste el dicho alcançe, so pena de dos mill maravedís para la dicha fermyta, de aquí a un año primero syguiente, e procurando, para ello, algunas limosnas e ayudas del pueblo”. [AHN,OM,UCLÉS,L.1076]

Ermita de la Virgen de Criptana

Ermita de la Virgen de Criptana
Foto: Criptanablog

¿A quienes se dirige el rey Fernando?

Juan de Cespedes, Alcalde Mayor de la Orden de Santiago

Perteneció a un linaje extremeño santiaguista. Tomó hábito de la Orden de manos de Álvaro de Luna. Fue seguidor del Maestre Alonso de Cárdenas contra Rodrigo Manrique. Fue comendador del Monasterio.

Familiares: Rui Marti´nez de Ce´spedes fue comendador de Estremera (1382-1388), pasando a Me´rida en 1395. Juan de Ce´spedes dejó su encomienda a su hijo de igual nombre. Garci´a de Ce´spedes, otro hijo, era alcaide de Reina y Segura de Leo´n. Gutierre Marti´nez de Ce´spedes era comendador de la Torre de Vejezate y trece (1387-1403). Garçi Gonza´lez de Ce´spedes fue comendador de Me´rida y de Bastimentos de Leo´n (1403). Álvaro de Ce´spedes (1480) y Rodrigo de Ce´spedes (1498) se sucedieron en la encomienda de Horcajo, este u´ltimo fue tambie´n comendador de Ocan~a y maestresala de Alonso de Ca´rdenas, caso´ a su hija Mencía de la Torre con Pedro Zapata, sobrino del maestre y comendador de Montemoli´n.

[Datos tomados de Miguel Rodríguez Llopis, “Poder y parentesco en la nobleza santiaguista del s. XV”, Noticiario de Historia Agraria, nº 12, 1996]

Pedro Ruiz de Alarcón, comendador de la villa de La Membrilla, señor de Las Veguillas

Además, señor de Valverde, Hontecillas, Talayuelas y Albaladejo. Casado con doña María de Quesada, hija del comendador don Fernando de Quesada y de doña Leonor de Sousa.

Militar profesional por la época que le tocó vivir, fue uno de los capitanes del rey Fernando en la Guerra de Sucesión castellana, durante las luchas contra el marqués de Villena, don Diego López Pacheco, en la Mancha, el Marquesado, Utiel, castillo de Garci Muñoz, el otro capitán, codo con codo con él, fue el muy nombrado y querido Jorge Manrique.

[Francisco García González, “Tierra y familia en la España meridional, siglos XIII-XIX…”]

Transcripción del manuscrito [RGS,LEG,147801,132], por Enrique Lillo Alarcón

Comysión

Çiertos conçejos de las villas e lugares de la Orden de Santiago

A Juan de Çespedes, alcalde mayor de la Orden de Santiago, e a Pero Ruys de Alarcón, sobre rasón que les demanda Martín Ferrándes de Villaescusa, lo que gastó en la Fortalesa de Critana que derribaron

Don Ferrando etc, a vos Juan de Çespedes, alcalde mayor de la Horden de Santiago, e a vos Pero Rruys de Alarcón, comendador de La Menbrilla cuyas jedá Las Veguillas, e a cada uno e qual quier de vos por sy ynsolidan, salud e graçia. Sepades, que por parte de los conçejos de las villas e lugares de la Orden de Santiago que son en la Mancha, me fue fecha rrelaçión, por su petiçión, que en el my Consejo fue presentada, disiendo que ellos avían fecho la Fortalesa de Critana, de la qual era alcayde el comendador Martyn Ferrándes de Villaescusa, e que él fasía de ella muchos agravyos, en manera que la terra, por aquella causa, se despoblava, suplicándome, pues que ellos la havyan fecho, que la mandase dar e entregar para que ellos la derribasen commo estava antes, disiendo que, el dicho comendador Martyn Ferrándes, non avya gastado, ny labrado, ny trabajado cosa alguna, e que ofreçíendose que sy se fallase que, el dicho Martyn Ferrándes, avía hedificado en ella algunos edifiçios a su costa, que ellos ge lo pagarían para que la derribasen commo la derribaron. E agora, el dicho Martyn Ferrándes, me fiso rrelaçión por su petiçión, que en el my Consejo presentó, disiendo que él avya fecho e hedificado la dicha Fortalesa por my mandado e del Maestre don Rrodrigo Manrrique, en my nonbre, la mayor parte de ella a su costa e con su trabajo. Commo jerá que los dichos conçejos ovyesen ayudado a ello e dis que non enbargare,

que al tienpo que la dicha casa yo mandé derribar, por el dicho Martyn Ferrándes, fueron rogados e rrequeridos, los dichos conçejos, le diesen e pagasen lo que en ella avya gastado e trabajado, pues se avyan ofreçido a ello. E que al tienpo que yo mandé dar la provysión, dis que lo non avían querido ny quisieron faser, en lo qual dis que si asy ovyese a pasar, él rreçibiría mucho agravyo e daño. E me suplicó e pidió por merçed sobre ello, le mandase proveer de rremedio, e mandándole pagar lo que asy avía gastado e trabajado, en la dicha Fortalesa, por my servyçio, por anparar los dichos pueblos. E commo la my merçed fuese, e yo ténelo por byen et es my merçed e voluntad, que pues los dichos conçejos fueron anparados de la dicha Fortalesa, e yo, a su soplicaçión, la mandé derribar por que de ella no fuesen fangados, e ellos se ofreçieron a pagar lo que, el dicho Martyn Ferrándes, ovyese en ella gastado, e non ge lo an pagado, que ge lo den e paguen luego por ende, confiando de vosotros e de cada uno de vos, que soys tales que guardáredes my servyçio e su derecho a cada una de las partes, e bien e diligentemente fareys lo que, por nos, vos fuere encomendado. Es my merçed de vos encomendar e cometer lo susodicho, por que vos mando que luego lo veeades, e llamadas e oydas las partes a quien atañe, ayades vuestra ynformaçión de maestros e alvañyes e de otras personas que de ello sepan. E la dicha obra vieron, que es lo que, el dicho comendador Martyn Ferrándes de Villescusa, labró edeficó en la dicha Fortalesa, que es lo que en ello gastó e trabajó. E asy, avida la dicha ynformaçión, fagades luego pagar, al dicho comendador o al que su poder oviere, todo lo que asy falláredes que en la lavor de la dicha Fortalesa gastó e deve aver por rrasón de ello, jusgando e mandando, çerca de ello, todo aquello que falláredes por derecho por vuestra senyas o sentençias, asy ynterlocutorias commo definytivas, las quales e el mandamyento o mandamyentos que en la

dicha rrasón diéredes e pronunçiáredes, lleguedes e fagades llegar a devyda execuçión con efecto, quanto con fuero e con derecho demandes. E mandamos a las partes a quien el dicho negoçio atañe, e a otras quales quier personas que para ello devan ser llamadas e de bien entendiéredes aver la dicha ynformaçión, que vengan e parescan ante los avtos, llamamyentos e enplasamyentos, e fagan juntamento, e digan sus dichos, e den sus testimonyos de todo lo que supieren. E por vos, en la dicha rrasón, lo serán preguntado, a los plasos e so las penas quales vos pusyéredes e mandáredes poner de my parte, las quales, yo, por la presente, las pongo. Para lo qual todo, que dicho es, asy faser, e conplir, e executar, vos damos todo poder conplido por esta nuestra carta, con todas sus ynçidençias, dependençias, e mergençias, e conexidades, e non fagades ende al.

Dada en la noble y leal çibdad de Sevylla, dos días de enero, año del naçimyento del Nuestro Señor Ihesu Xpisto, de mill e quatro çientos e setenta e ocho años

Yo el Rey

Yo Gaspar de Criñón, secretario del rrey nuestro señor, la fise escrevyr por su mandado.

Rodericy doctor, Johanes doctor, Antony doctor.

Regida Diego Sánches.

Por: Enrique Lillo Alarcón
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