Estos días atrás he podido comprobar, con sorpresa, que numerosos seguidores de este blog, han vuelto a leer el estudio que realicé en marzo del pasado año sobre la Tercia Real de El Toboso.
Cuando lo hice todo eran conjeturas de su situación, lo único cierto que conocía es que se encontraba próximo a la Plaza de la villa, incluso llegué a comentar que estaba desaparecido. De lo único que disponía era de una antigua fotografía aérea del libro de D. Luis Astrana Marín, «Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra», donde pude vislumbrar un edificio rectangular situado en la Plaza del Arco.
Ese verano de 2015 me acerqué a El Toboso, una villa Santiaguista que quiero mucho, porque ha sabido conservar el perfume de los pueblos de la Orden …, el viajero, a cada vuelta de esquina siempre espera darse de bruces con Dulcinea, con el espíritu de un hidalgo manchego del XVI, noble y hospitalario, en fin con el carro de mulas lleno de mies o de uva ocupando el doble de altura de su capacidad.
Pues bien, recorrí sus calles aledañas a la Plaza y a la del Arco, después de un buen rato de indagaciones y pesquisas, gracias a mi conocimiento de como eran las construcciones de las Tercias Reales en la Mancha, encontré lo que buscaba, al menos lo que quedaba de ella,
dos botaretes (contrafuertes), un trozo de cornisa del comienzo del techado y un trozo de pared de cal y canto.
Esta Tercia Real, edificios civiles insignias de las villas de la Mancha Santiaguista, está situada en la Plaza del Arco.
No soy quien para decir cosa alguna, pero me gustaría que me permitieran la licencia de decir al actual consistorio si pueden renombrarla y que se llamara:
Plaza del Arco y de la Tercia Real
Sé que es un nombre excesivamente largo, pero ¡tan bonito!. Teniendo en cuenta que cada día enviamos menos correspondencia escrita, poco importa que lo sea ya que nada va a afectar a la longitud del sobre.
Solo comentar la anécdota que me ocurrió cuando buscaba la hermosa Tercia Real, para significar como perdemos la memoria de nuestros edificios, plazas, lugares, como perdemos nuestra identidad de Mancha, lo que nos diferencia y distingue de los demás.
Mañana soleada de agosto, después de dar vueltas un buen rato llegué hasta la Plaza del Arco. Desde su centro miré a mi alrededor escudriñando donde comenzar a preguntar, así que mis ojos fueron a fijarse, al momento, en una panadería que existe en un extremo de un edificio largo, rectangular y resplandeciente de blancura, tanto que hay que entornar los párpados para no recibir daño, en suma, un edificio manchego.
Me dirigí presto hacia él, entré y encontré en su interior una señora muy amable que despachaba y una vecina, con cierta edad, que estaba comprando su ración de pan diario; enseguida sus miradas se posaron en mi persona, intentando buscar en mis facciones si era del pueblo, de quién era o qué buscaba, con esa curiosidad propia de los habitantes de las villas manchegas. No di mucho tiempo a que se fijaran más y lancé mi pregunta,
– Señoras, ¿no sabrán Vds. por casualidad dónde esta situado el antiguo edificio de la Tercia Real? –
Se miraron entre ellas con cara de asombro y perplejidad y dijeron casi al unísono
– ¿el edificio de la qué …?
– Sí, el antiguo edificio de la Tercia Real – contesté raudo, pero ya intuyendo que había dado en saco roto.
La señora panadera, sacando valor de lo que ella sabía que no sabía, me volvió a preguntar, – ¿y qué es una Tercia Real? –
Comencé a dar mis explicaciones, lo más escuetas posibles para no aburrirlas, y quedé a la espera de sus respuestas. Enseguida llovieron un montón de proposiciones, que si este edificio, que si estaría en esa calle, que si ya se derrumbó. Dí las gracias como pude, les deseé buen día y salí de nuevo a la plaza, después de zascandilear un buen rato por ella, la encontré, la alegría fue inmensa, ¿saben Vds. dónde?, justo en la esquina contraria del mismo edificio blanco donde estaba la panadería, ¡ese mismo edificio era la Tercia Real de El Toboso!, no era sorprendente.
No pude contener la risa y necesité dar la vuelta para entrar en la panadería, aún estaba la señora panadera y la parroquiana, tal como las había dejado cuando salí, volvieron a mirarme con nueva sorpresa y supongo que pensando «otra vez este señor pesado, ¿qué querrá ahora?».
– Señora, ¿sabe dónde tiene Vd. la panadería? – no supo que contestar y tampoco le di tiempo a hacerlo, – ¡Vd. vende su pan en la Tercia Real de El Toboso!.
Meses más tarde me informaron que en las casas de la parte superior, la que hacía de granero con sus trojes y su danza de arcos, existen aún jácenas o hileras (las vigas maestras) que son de la época, parece ser que en alguna de ellas está grabada una fecha posterior, correspondiente al s. XVII.
Mi último mensaje a los propietarios de tan ilustre edificio, por favor cuídenlo, salvaguarden nuestra identidad, nuestras raíces. Muchas gracias.
Así nos cuentan como era la Tercia Real en la visita de los reformadores y visitadores de la Orden de Santiago, Lope Zapata, comendador de la Hinojosa y Pedro González, cura de Azuaga, el 28 de junio de 1525
«Casa de Bastimento
Por la visytaçión pasada, paresçe que no avía Casa de Bastimento et agora la ay muy buena de cal y canto.
Es una pieça ancha e larga. Tiene una dança de arcos por medio en lo alto et baxo, e lo uno syrve de bodega, e tiene dos xarahizes et dos pilancos. E lo alto syrve de granero. Tiene muy buenas maderas, e un escalera muy buena, de piedra, por de fuera. E sus puertas et çerraduras fuertes.
Tiene treynta tinajas, las quales, los ofiçiales del conçejo dixeron tener ellos a su cargo, et que syenpre están en pie e porque en la villa se hazen.
Et que quando la Casa está desocupada, labra en lo baxo un tinajero y el conçejo le da lugar por razón de las dichas tinajas que an de sustentar syenpre.
Esto, de este Bastimento, se haze al presente. E se mandó que de aquí adelante no se haga, salvo que las tinajas de la Casa se estén dentro et se guarden.»
[AHN,OM,UCLÉS,L.1080]
Sobre el tejado de uralita se ve el comienzo de un botarete, con su losas de piedras, en un plano inclinado para que el agua deslice y no lo dañe, apoya sobre la pared original de la Tercia Real, hecha con bloques de piedra y yeso (a cal y canto). Encima de la pared la cornisa donde comenzaba el techado y maderamiento.
A la izquierda de la foto, otro botarete, con la terminación de losas de piedra para escurrir el agua.
Edificio completo de la antigua Tercia Real.
Vean la Tercia Real de La Mota e imagínense que bello era…
Esquina de la Tercia Real donde está la panadería de la Cooperativa Aldonza Lorenzo