Muchas veces vemos pasar el tiempo sin pensar en el pasado. Solo cuando se alcanza una cierta madurez se suele despertar el interés por conocer la historia de nuestros antepasados, sobre cómo vivían, sus costumbres…Quizás buscando los orígenes familiares.
En ese afán de curiosidad, hace poco tiempo cayó en mis manos un anuario industrial y comercial que estaba en el fondo de una estantería, en la cámara de mi casa en Mota del Cuervo, que databa del año 1931. En él se detallan, pueblo por pueblo, sus coordenadas geográficas, su número de habitantes, si tenían telégrafo, estación de ferrocarril, la distancia a la capital de la provincia y posteriormente se detallan todos y cada uno de los negocios, comercios y artesanos existentes en cada pueblo.
Rápidamente me fui a buscar, en la provincia de Cuenca, la Villa de Mota del Cuervo y reconocí a muchos apellidos de los antepasados recientes de nuestros paisanos, aunque muchos de los comercios y negocios que allí se citan hoy ya no existen, y vi como había oficios y profesiones que hoy han desaparecido, como:
- Las 3 Abacerías que eran tiendas en donde vendían principalmente legumbres secas a granel, habas (quizás de ahí su nombre), vinagre, aceite, azúcar, sal, especias, etc. En la Mota las tres Abacerías coexistían con otras 2 tiendas de Comestibles
- Los 3 Albarderos hacían albardas cabezados, estribos, alforjas… para la protección del animal y la sujección del "Yugo".
- Las 2 Caldererías que se dedicaban a la fabricación y montaje de todo tipo de trabajos en hierro, zafras para el aceite, venta y reparación (estañado) de sartenes, calderos de cobre, pucheros…
Otras actividades han cambiado su relevancia. Llama la atención el número elevado de Lecherías; había siete para un pueblo de 3.511 habitantes(según este anuario y 4.171 según el INE de 1930), que seguramente se correspondería con gente que tenía vacas, o rebaños de ovejas y vendía la leche fresca del día, dado que no existía otra posibilidad de conservarla más que fabricando queso, nuestro fabuloso queso manchego. Cuando yo era un niño recuerdo como la gente iba cada día a buscar la leche a las vaquerías, portando un recipiente metálico (de aluminio), una lechera , para después cocerla antes de consumirla (entonces no se conocía la pasteurización ni la esterilización), ¡qué fácil es ahora ir al “super” a comprar los paquetes de leche que duran muchos días en nuestra despensa!
Curiosamente había 5 Mercerías. Estaba claro que las mujeres de entonces cosían toda la ropa en su casa.
En aquel tiempo, a pesar de la crisis por la que atravesaba España en los años 30, había en la Mota una próspera industria manufacturera, como: 2 fábricas de tejidos, una fábrica de Mantas (que aún hoy continúa), una fábrica de Aceites (la de mi bisabuela Pura Contreras. Una de las pocas empresarias en aquella época, en la que las mujeres acababan de estrenar su derecho al voto –Octubre 1931-), había 19 bodegas de vino en donde literalmente se pisaba la uva blanca airen (la variedad dominante en aquella época en la Mota), 5 fábricas de tinajas (este Anuario de la editorial Rivadeneyra no dice nada de cántaros, pero seguro que hacían cántaros y tinajas… Me imagino aquellos carros cargados de cántaros que recorrían toda la comarca vendiendo estas vasijas típicas de la Mota para el agua y para el vino. Había también una fábrica de Ladrillos y Tejas, aunque las construcciones de aquel tiempo eran eminentemente de tapiales realizadas en el sitio donde iban a estar emplazadas, apelmazadas con agua entre dos grandes tablas y unidas por yeso negro (que se cocía en las yeseras del vecino pueblo de El Pedernoso). Hoy día muchas casas de la Mota conservan esos grandes muros (a veces de 80 cm.) de tapia que, según los arquitectos, junto al encalado de las paredes es la mejor defensa contra el calor del estío manchego.
Zafra de hojalata para el aceite
En aquel tiempo el consumo de pan era muy elevado, había nada menos que 5 fábricas y 8 hornos de pan. El pan sobado de la Mota era muy apreciado por los viajantes que pasaban por nuestro pueblo.
También destaca la cantidad de herreros, en aquella época había seis en el pueblo, que se dedicaban principalmente a herrar a las mulas y caballos y a reparar los aperos de labranza, arados…, con esos fuelles enormes que insuflaban el aire a aquellas ascuas de carbón donde ponían al rojo las rejas, para poder afilarlas. Había 9 carpinterías que daban servicio a los moteños y arreglaban sus carros y galeras tanto del pueblo, como de los viajeros. Seis de ellas, sus titulares, tenían el mismo apellido: Morales. También había un constructor de carros.
Por otro lado había nada menos que 10 ferreterías que hacían estricto honor a su nombre.
Entonces nada de vender electrodomésticos, muebles, o similares, sino clavos herramientas y poco más.
Purificación Contreras Iglesias
Dado que la Mota ha sido siempre un cruce de caminos, por un lado el “Camino Real” (actual N-301 Madrid-Cartagena) y en otro tiempo coincidente en su mayor parte con la calzada romana Complutum (Alcalá de Henares) a Cartago Nova (Cartagena) y la Carretera N-420 (coincidente con el trazado de la antigua calzada romana Corduba-Tarraco), eran muchos los viajeros que hacían parada y fonda en nuestro pueblo.
Eran 3 las posadas que atendían a esos viajantes, una de ellas la de mi bisabuelo Saturio Mujeriego, por la módica cantidad de 7 pesetas la pensión completa. Ahora seguramente se llamarían casas rurales…
En aquel año (en la noche del 14 al 15 de abril) hasta el rey Alfonso XIII pasó por la Mota, al volante de su Duesenberg, para su exilio marsellés hacia al puerto de Cartagena, tras el triunfo de la República.
Según este anuario de 1931, había en aquella época una tienda de tocinos y jamones. Las tajadas de tocino fritas eran un alimento indispensable en el hato de los labradores de entonces que, en época de trilla, no desuncían (no quitaban los aparejos a las mulas ni siquiera por la noche), y que aprovechaban el viento de la madrugada para aventar…
Llama la atención la importancia que tenían entonces los 3 pescaderos en la Mota. Había un “importador” de pescados “frescos y salados” que venían de Almería, Cádiz, Málaga, Barbate y Melilla (importaban de dentro de España…) y nada menos que un asentador de pescados (ventas al por mayor y al menor). Todo esto a muchos kilómetros del mar…
En el capítulo de profesionales liberales con carrera universitaria había: 1 Abogado, 2 Farmacéuticos, 3 Médicos, uno de ellos (Don Antoliano Castellano) que era el acalde de la Mota en 1931) y 2 Veterinarios. En aquel tiempo, el grado de analfabetismo de la población manchega se acercaba al 80%.
Con otras profesiones destacaban: 3 barberías (entonces la gente se afeitaba en la barbería habitualmente), 3 sastrerías y 3 tiendas de tejidos.
En cambio había solo un bar que estaba en la plaza mayor “el preferido por los señores viajantes” propiedad de Joaquín Piqueras (casado con Mª Rosa Mujeriego y padre del fundador de la Asociación de Amigos de los Molinos), y un Casino de la Concordia “Socorros Manjavacas”
La mota exportaba trigo y cebada con un Cosechero y exportador de cereales y piensos, harinas y salvados. Había 3 almacenes de harinas (el último molino de viento que molió –el Zurdo- había dejado de hacerlo 2 años antes de la impresión de este Anuario que reproduzco a continuación,. También había un comerciante que se dedicaba a la compra venta de frutos del país “Compra–venta de quesos manchegos y frutos del país” (mi tío abuelo Luis Mujeriego, que fue alcalde de Mota en 1939, con Manuel Azaña).
Llama la atención de que no había en La Mota bancos en esa época. El más cercano, el Banesto de Quintanar. Tampoco había gasolineras.
Era un periodo convulso de la historia de España. El año anterior (1930) caía la dictadura de Primo de Rivera, después vendría la “dictablanda” de Berenguer y el gobierno monárquico del Almirante Aznar, el cual en 1931, convocó elecciones municipales que dieron la victoria a la República en las grandes ciudades (no así en los pueblos). Estos resultados hicieron dimitir al rey Alfonso XIII, que ese mismo año se exilió a través del puerto de Cartagena.
Posteriormente, en muchos pueblos de la Mancha, que habían votado mayoritariamente a la Monarquía, se organizaron manifestaciones, y concentraciones multitudinarias ante los Ayuntamientos, desde cuyos balcones, como en el resto de España, se proclamó la Segunda República el 14 de abril de 1931… El gobierno provisional de Niceto Alcalá Zamora, anuló las elecciones municipales en el 40% de los pueblos de la Mancha y el 31 de mayo se repitieron dichas elecciones que dieron claramente el poder a la izquierda…Otras elecciones a Cortes de junio de 1931 otorgaron el poder a la coalición republicano-socialista. Una nueva constitución vio la luz en diciembre de 1931.
Dos años más tarde (en 1933) nuevamente volvieron a ganar las fuerzas conservadoras, hasta que en el plebiscito de 1936 ganaron otra vez las fuerzas de izquierda. Había una crisis económica desde 1927 similar a la actual. La guerra civil estaba próxima, se inicia por un golpe de estado el 17 de julio de 1936 en Melilla.
Reproducción de la contraportada del ANUARIO INDUSTRIAL Y ARTÍSTICO DE ESPAÑA 1931
Reproducción maquetada de la hoja correspondiente a Mota del Cuervo en el Anuario Industrial y Artístico de España, con el detalle de todos los nombres y ocupaciones en año 1931: