Las apariciones de Juan de Rabé. La Inquisición

Autor: José Manuel González Mujeriego
ISSN 2386-5172 - Serie: XVI-2
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José Manuel González Mujeriego
Autor: José Manuel González Mujeriego

Juan de Rabé era un pastor vecino de Mota del Cuervo, nacido a finales del siglo XV, que fue denunciado y condenado por la Santa Inquisición por relatar unas falsas apariciones. La primera en 1514, de la Virgen María, que según él estaba vestida de blanco y montada sobre un burro. El lugar de la supuesta aparición fue en un viñedo que pertenecía a su primo Francisco Martínez, en el vecino pueblo de Santa María de los Llanos. En 1516 también relató que se le apareció San Sebastián en un paraje cercano al Toboso.

Mucha gente dio crédito a la supuesta aparición de la Virgen. Hubo testigos que declararon que habían visto como el sacerdote de Santa María de los Llanos había ido en procesión desde la iglesia y como pusieron una cruz en el lugar de la supuesta aparición.

Juan de Rabé vivía y trabajaba como bracero en Mota del Cuervo, cuando fue denunciado el 28 de marzo de 1517 por Magdalena la esposa de Diego del Pozo (vecino de Santa María de los Llanos). Fue apresado en las cárceles de la Inquisición y posteriormente llamado para prestar juramento y declarar ante el Tribunal del Santo Oficio en Cuenca, en febrero de 1518.


El inquisidor Juan Yáñez, le tomó declaración y le fue preguntando cómo se llamaba, a lo que respondió (1):
“Que se llama Juan de Rabé, hijo de los defunctos Juan de Rabé y de Ynes Rodríguez, vecinos que fueron de Villaverde e de allí naturales christianos viejos de todas partes, e que no tiene más que una hermana que vive en la Mota, que se llama María de Rabé, que es casada con Pedro García, labrador, vecino de la dicha villa de la Mota.”

A la pregunta de si es casado o había sido respondió:
“Que no, porque no había hallado quien bien se hiciese, e que es de edad de cinquenta años poco más o menos”.

Preguntado sobre qué hacienda tenía, dijo:
“Que no tenía ninguna hacienda, salvo que se mantiene de su trabajo cavando y arando y a las vezes siendo pastor e quel año pasado antes deste hera pastor”.

Preguntado que donde había vivido estos años pasados, dijo:
“Que en la dicha villa de la Mota y en Sancta María de los Llanos”, preguntado si sabe en qué año vivimos, dijo “Que no sabe, aunque sabe ques el mes de hebrero”.

Posteriormente le preguntaron si sabía rezar el Credo y el Salve Regina, a lo que contestó que no, y si sabía el Padre Nuestro y el Ave María, a lo que respondió que sí y fue mandado a que lo dijese. Dijo completo el Ave María y el Pater Noster aunque no bien sabido. Fue preguntado por su Reverencia si se ha confesado cada año como manda la Santa Madre Iglesia, y dijo:
“Que cada quaresma de cada vn año se ha confessado en la dicha villa de la Mota con el cura viejo y que ha rescibido el sanctissimo sacramento cada que se confessava”.

Preguntado si sabía los diez mandamientos y los artículos de la fe y los siete pecados mortales y si sabía los cinco sentidos, dijo:
“Que no sabe nada de todo esto ni parte dello”.

Fue preguntado si la soberbia, o la envidia, o la lujuria, o matar a algún hombre era pecado. A lo fue respondiendo que “No sabe”. Posteriormente le preguntaron si hurtar era pecado, a lo que respondió:
“Que nos guardase Dios que hurtar hera muy grande pecado”.

Preguntado qué cosas eran las que confesaba, pues no confesaba pecados ningunos, dijo:
“Que yendo este confitente a cavar en una vyña pude aver quatro años a Sancta Maria de los Llanos que hera de vn primo suyo que se dize Françisco Martínez solo y llevaua vn açadon para cavar y vna bota y su pan para comer yendo por el camino oyo vu trenuedo grande en el çielo y estonçes dixo este que depone o valame Dios del çielo raso esta el çielo como trenueda y mirando hazia el lugar dixo que avya oydo otro trenuedo y vyendo como estaba raso dixo valame Dios ques esto y que en esto miro a sus pies y dixo que avya visto a nuestra señora la Virgen María cabe (junto a) sus pies, e que le paresçio que hera como vua niña chiquita e que venia cabalgando en vn borriquito chiquitico e bestida de blanco”.

Preguntado de qué color era el borrico, dijo:
“Que hera muy hermoso que no sabe de que color hera”. También le preguntaron que quien venía con ella y respondió: “Que no venía otra persona ninguna”.

Después le preguntaron que como sabía, o quien le dijo que aquella era Nuestra Señora, dijo
“Que ella misma se lo dixo, e que la avya dicho o cuanta mala gente ay en este tu lugar que no hacen sino jurar y perjurar a mi hijo e que no bastava los hombres sino que tanbien las mujeres. Y que le fuese a decir a tdodo el pueblo y al cura que tomasen la cruz y fuesen en proçissyon hasta el sancto cabero questa en el Pedernoso o hacia el Pedernoso y que pusiesen vna cruz donde avya venido i aparesçido a este confidente. Y asy fue luego a dezirgelo a todos, y vinieron luego con vna cruz y la pusieron en el mismo lugar que este confitente los dixo que la avya aparesçido nuestra señora; y de allí fueron al dicho sancto cabero que puede estar de allí mas de quatro tiros de vallesta e después que se tornaron luego al lugar en prcessyon y que antes que fuesse a decir al pueblo aquesto que la avya dicho se le avya desaparesçido e que nunca mas la vydo e que esto hera vn sábado por la mañana y que le dixo que no lo dixiese hasta la tarde e que asy lo hizo y que no le quería absoluer el clérigo hasta que el domingo luego lo dixo antel pueblo en la yglesia”.

Preguntado si Nuestra Señora, la que dice que vio, traía en sus brazos alguna criatura, dijo
“Que no le avya visto nada sino como venía sentada en el borriquito”.

Preguntado si sabía si era borrico o mula, dijo:
“Que no sabe sino que le paresçio borrico y muy bonito, e que nunca otra bez ninguna se le aparesçio saluo la que dicha tiene, pero que otra vez dende a dos años se le aparesçio sanct Sevastian en los llanos de casa sola e que traya vn vestido de pardo y con sus saetas con sangre e que traya vna corona de oro corno a manera de estrella y que hera tan alto como la meitad deste que depone y benia solo y que hera vna mañana antes que almorzase este deponente andando con ganado de Christoval Sanches de la Mota, y le dixo como hera Sanct Sevastian y nuje le dixo que fuesse al Toboso porque murían estonçes mucha gente de pestilencia e los dixese que hiziesen dos hermitas la vna en el çerro espartose e que les avya manaddo hazer nuestra señora que no avya querido hazer hasta que torno aquella mortandad como antes las avya avydo como ella vya mandado y la otra baxo del señor Sanct Pedro la qual esta començada a hacer y que no sabe de que santo saluo que la del çerro espartoso les mando que fuese de señor sanct roque”.

Visto por sus Reverencias la confesión del dicho Juan Rabé y todo lo que más debió ver y examinar, fallaron que le debían mandar y le mandaron dar cien azotes por las culpas que contra él resultan de su confesión, los cuales le mandaron dar públicamente por las calles acostumbradas de esta ciudad a voz de pregonero y después le mandaron de vuelta a la cárcel de la inquisición para informarle de lo necesario para la salud de su alma. Después le dejaron en libertad y le mandaron que, en adelante, se cuidara de andar publicando las vanidades por el confesadas, dado que son perjudiciales a la santa fe católica y a las almas de las personas que pudieran oírlas.
 

 

Escudo de la Inquisición en Mota del Cuervo año 1738
 
Escudo de la Inquisición en Mota del Cuervo. Año 1738

Dintel de la casa de un familiar de la Inquisición en Mota del Cuervo, año 1683
 
Dintel de la casa de un familiar de la Inquisición en Mota del Cuervo. Año 1683


















Esta sentencia fue dada el 17 de febrero de 1518, y fueron testigos Lope Suarez Allid y Francisco de Hoyos, portero del santo oficio, ante el notario Francisco Jiménez.

En esta época tanto en España como en Italia eran frecuentes las apariciones de este tipo. En Quintanar de la Orden también hubo, en 1523, un caso de aparición de la Virgen protagonizado por Francisca la Brava, también procesada por la Inquisición. Un periodo donde las epidemias y las plagas eran frecuentes, y este tipo de apariciones eran sucesos aceptados de, alguna manera, por el pueblo.

El V Concilio de Letrán, en 1516, vino a regular la supervisión papal sobre estas apariciones antes de su difusión pública. La Inquisición, como jurisdicción especial en la lucha contra la herejía, extendió su atención a estas apariciones, además de perseguir las prácticas judías y musulmanas de una manera atroz.

En Mota del Cuervo aún quedan vestigios de la Inquisición, como son: La Plaza de la Cruz Verde, donde se situó la picota (desaparecida posiblemente por un rayo), un escudo de la Inquisición del año 1738 y un dintel del año 1683 perteneciente a un familiar de la Inquisición, ambos con las enseñas de la Inquisición: la cruz, la espada y una rama.





1 Las contestaciones de Juan de Rabé están escritas en castellano antiguo.

Bibliografía:
-THE LIBRARY OF IBERIAN RESOURCES ONLINE - Apparitions in Late Medieval and Renaissance Spain - William A. Christian, Jr. - 12. La Mota del Cuervo, c. 1514, and El Toboso, c. 1516. Inquisition of Cuenca ADC Inquisición, Leg. 71, num. 1039.

-Apariciones en Castilla y Cataluña (Siglos XIV-XVI)? - Página 318 - de William A. Christian - 1990

-Sueño y ensueños en la literatura castellana medieval y del siglo XVI? - Página 155 de Julián Acebrón Ruiz - 2004

 

Por: José Manuel González Mujeriego
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